De recepcionista a enfermera

Todavía no tenía decidido estudiar Enfermería cuando empecé a trabajar en la clínica de medicina estética. Fue hace muchos veranos. Yo acababa de terminar el instituto e iba a tener un verano libre tras hacer la Selectividad. Como mi padre trabaja de comercial de medicina estética, conocía a los responsables de una clínica que buscaban a una chica joven de recepcionista para los meses de verano. Así que probé. Y llevo ya casi diez años en la misma clínica.

En estos tiempo de tantos cambios de trabajo, puede sorprender que una persona lleve tanto tiempo trabajando en el mismo negocio… aunque mi puesto sí ha cambiado. Cuando entré  a trabajar aquel verano apenas sabía nada sobre el tema. Ni me sonaba eso de lipoescultura o rinoplastia. Y tampoco me atraía demasiado la idea de estar en un sitio dedicado a la belleza, pero a las pocas semanas fui adaptándome y cuando terminó el verano me ofrecieron quedarme con un contrato a tiempo parcial.

Durante esas semanas deshojé la margarita y me decidí por Enfermería. Pude ver cómo trabajaban en el quirófano y me gustó. Era una opción que siempre había tenido presente y el hecho de estar en aquella clínica fue definitivo para tomar la decisión final.

Así que durante los siguientes años alterné mis estudios con el trabajo a tiempo parcial. El director de la clínica sabía que yo estaba estudiando Enfermería y siempre que tenía tiempo trataba de ayudarme. Me deshice de muchos prejuicios y, además de conocer de cerca todas las técnicas aplicadas en la clínica, aprendí a entender a los pacientes de medicina estética.

Alguien que se somete a una lipoescultura, por regla general, es una persona que no está contenta con su apariencia física. Por eso es importante tener buenas dotes psicológicas en este trabajo, siempre ofreciendo información veraz sobre los procedimientos y los posibles efectos secundarios.

Poco antes de terminar la carrera ya ayudaba en el quirófano y, finalmente, dejé mi puesto en recepción y pasé a ser enfermera de la clínica a tiempo completo.  Y aquí sigo casi diez años después de entrar como recepcionista.