Todo el futuro por delante 

Suele decirse que cuando eres joven se tiene todo el futuro por delante. Pero cuando ‘termina’ la juventud, ¿qué pasa? Para responder a esa pregunta habría que acotar el significado de la palabra ‘juventud’ que, a estas alturas, nadie tiene muy claro. La mayoría de la gente asume que la juventud es ante todo un estado mental más allá de la edad que tengas. Pero en ese estado mental también influye mucho el estado físico.

En los últimos tiempos, yo empecé a dejar de sentirme ‘joven’. Coincidieron diversos factores, entre ellos algunos problemas laborales y algunos sentimentales. Supongo que tuve de golpe lo que se suele llamar la crisis de los 40, aunque en mi caso me llegó a los 35. Un día me miré en el espejo y me sentí mal, me sentí ‘pasada de moda’. Y así estuve un tiempo hasta que me cansé de autocompadecerme y cogí el toro por los cuernos.

Sé que el físico va de la mano de lo psicológico así que busqué un especialista en envejecimiento facial como arranque para mi cambio de vida. Desde luego que la ‘juventud va por dentro’ como la procesión, pero mejor si lo que miramos en el espejo nos gusta para empezar a sentirnos jóvenes otra vez. Y la verdad es que los seres humanos podemos ser muy negativos, pero también muy positivos. Solo un pequeño detalle puede cambiar el enfoque de las cosas. 

Cuando empecé a llevar un tratamiento para poner freno a mi envejecimiento facial comencé a sentirme mucho mejor porque no tardé en ver resultados. Pero, además, fue como el cambio que necesitaba. Tuve la certeza de que podía volver a tener el control de mi vida y no estar a merced de otras personas, ya fuesen parejas o jefes. Eso se iba a acabar. 

Mi palpable mejora física precedía a un cambio en mi forma de ser que me trajo esa segunda juventud que estaba buscando. Porque en la vida lo más importante es quererse a una misma e ir siempre con la cabeza alta: porque en la vida, el futuro siempre está por delante.