Queríamos una casa en aquel edificio a toda a costa hasta el punto de hacerle una contra oferta al casero. Era el año 2013, pico de la crisis inmobiliaria y los precios de los alquileres habían bajado mucho de forma que algunos pisos prohibitivos años atrás o en zonas caras estaban relativamente asequibles. Este era uno de ellos, pero estaba sin muebles y nosotros no queríamos andar comprándolo todo así que ofrecimos al inquilino pagarle algo más si compraba él los muebles. Y llegamos a un acuerdo.
Fue una buena época en mi vida y no me arrepiento en absoluto pero también aprendí muchas cosas sobre lo que supone vivir de alquiler. Hasta aquel momento había vivido dos veces de alquiler pero no había tenido grandes problemas. Sin embargo, aquel piso sería otra historia. El dueño empezó a mostrarse mucho menos dispuesto una vez que se firmó el contrato. Por ejemplo, se negó a cambiarnos el extractor pese a que era evidente que no funcionaba bien.
Cuando visitas una casa dos o tres veces y te la quedas no revisas todos y cada uno de los elementos. Al menos, nosotros no lo hacíamos. ¿Quién se pone a mirar si funciona el extractor? Y aunque le presentamos Ofertas Extractores de cocina él se hizo el remolón durante meses hasta que claudicó. Pero lo peor fueron las sorpresas que nos fuimos encontrando en algunos “recovecos”.
Estaba claro que el tipo que vivió allí antes no era un fan de la limpieza y pese a que una limpiadora acudió a hacer un repaso días antes de entrar nosotros había zonas increíblemente sucias, como si no se hubieran tocado en años. Tampoco miramos debajo de los armarios de la cocina cuando alquilamos la casa, pero después descubrimos una serie de manchas verdes que no solían de ninguna de las maneras.
Aunque logramos que nos hiciera caso y mirara Ofertas Extractores de cocina y también nos comprara unos muebles en condiciones en aquella casa aprendimos que antes de firmar un contrato de alquiler hay que revisar hasta la última esquina de la casa… porque nunca sabes lo que te vas a encontrar.