Que la inflación iba a terminar por afectar al alquiler era evidente. Como todo lo que se vincula al negocio inmobiliario, siempre son muchas las causas, y menudos difíciles de interpretar, las que influyen en la fluctuación de los precios, pero no cabe duda de que la inflación y el encarecimiento de las hipotecas son dos aspectos importantes en este tema.
La cuestión es que nosotros vivimos de alquiler y nos queda todavía un tiempo de contrato, pero notamos un cierto rumor en el aire que no está haciendo replantearnos algunas cosas. Porque cada vez tenemos más claro que una vez que terminemos el contrato no nos quedaremos en esta casa. Pero es que quizás nos tengamos que ir antes porque sospechamos que la dueña tiene planes que nos podrían poner en aprietos.
Y todo esto está afectando a los planes que nosotros teníamos con respecto a la casa. Porque siempre que uno vive de alquiler tiene un dilema: vivir en la casa como si fuera tuya o estar siempre con un “pie fuera” conscientes de que en cualquier momento te tienes que ir. Últimamente estábamos más hacia la primera opción y, por eso, íbamos a comprar estores en Nigrán. Nuestra intención era cambiar los estores, aún sin contar con la dueña. Porque con algunas cosas hemos tomado nosotros algunas decisiones, siempre que no afecten de forma relevante a la casa.
Es decir, no se nos ocurriría tirar un tabique, por ejemplo, pero para temas más decorativos sí que solemos hacer cosas y, de momento, no hemos tenido problemas. Con los estores ya llevábamos tiempo pensando en cambiar porque se habían quedado viejos. Pero ahora que ya no tenemos nada claro cuánto tiempo vamos a estar aquí, así que nos planteamos esperar un poco para comprar estores en Nigrán. Y supongo que estamos fluctuando hacia la opción de tener un pie fuera. Viene a ser como lo de la fluctuación de precios. Cuando eres un inquilino debes admitir las reglas del juego. Y si no te gustan siempre puedes comprar un piso… y jugar con otras reglas.