YA NO SALGO DE MI CIUDAD

Hace ya tanto tiempo que no salgo de mi ciudad que ya no tengo ni ganas de hacerlo. Sin ir más lejos el otro día me pidió un pariente que lo fuese a buscar al aeropuerto de Santiago y le dije que se fuese en autobús porque yo no tengo un salvoconducto para poder salir de mi ciudad como hace un montón de gente y no le llevé porque no quería que me multasen por culpa de otro. No está mi economía para andar pagando multas a lo tonto.

La última vez que fui al aeropuerto de Santiago fue para recoger a mi cuñada, tuve que llevar a mi hermano mayor para que recogiese a su mujer, pero primero tuvimos que dejar el coche en el aparcamiento aeropuerto lavacolla. Con todo el bombo que se le da en la televisión de Galicia al aeropuerto de Santiago he de decir que me pareció un aeropuerto bastante pequeño, esperaba algo bastante más grande. Pero eso también me pasó cuando me llevaron por primera vez a un Ikea. Con todo lo que había oído hablar sobre las tiendas de Ikea me las esperaba como una nave inmensa llena de muebles y la verdad es que me pareció mucho más pequeño de lo que debería de ser una tienda de muebles. Pero a su favor tengo que decir que me gustó lo de que cada uno vaya al almacén a buscar sus compras.

 

El otro día también me pidió uno de mis amigos que le llevase a medir unas fincas fuera de mi ciudad y tampoco quise ir, más que nada porque sabía porque me lo pedía a mi. Y era porque otro amigo que sí tiene salvoconducto no quería ir, era la semana que hizo tanto frío y al final tampoco fueron ellos. Mi amigo acabó yendo el fin de semana pasado que tenía que ir a contar unos árboles en otro sitio dentro de nuestra comunidad autónoma con una compañera que sí podía ir. 

 

Lo dicho, como no tengo salvoconducto ni ganas de salir de mi ciudad lo mejor que puedo hacer es no salir para que no me multen.