Si lo hubiera pensado mejor 

Llegó a mi vida un poco por azar y pronto se convirtió en alguien imprescindible. Siempre me han gustado los animales, supongo que como a la mayoría de la gente. Pero una cosa es que te gusten los animales y otra tenerlo en casa. Mi madre no quería animales porque alteran mucho el ritmo de una casa, y manchan y destrozan y cuestan dinero. Es así. Y yo lo entendía. Pero yo estaba pasando por un momento complicado y mi madre aceptó que llevase un gato a casa que me había dado una amiga. 

Al principio fue una situación muy extraña, supongo que para ella también. Y a mi madre le costó mucho entenderse con la gata. Pero es inevitable: al final se convirtió en una parte indispensable de la casa. Todos la queríamos mucho. Recuerdo que yo no tenía ninguna idea de que cómo se debía cuidar un gato. Lo llevamos al veterinario y nos resumieron un poco los pasos que había que dar. Y nos hablaron por vez primera de los seguros veterinarios para mascotas. Pero lo rechazamos porque nos parecía impropio para un animal. Luego nos daríamos cuenta de nuestra equivocación.

Decidimos no esterilizar a la gata y eso también pudo ser un problema. Lo cierto es que unos años después de que llegara a casa empezó a tener problemas de salud. Y dos veterinarios a los que la llevamos no dieron con la raíz del problema. Al principio, pensaron que podía ser algo relacionado con el hecho de que no estuviera esterilizada y lo hicieron. Pero el problema siguió. 

Para más inri yo tuve que cambiarme de ciudad y la gata se quedó con mis padres. A mí no me sobraba el dinero y a ellos tampoco así que decidí que la gata dejase de ir al veterinario, teniendo en cuenta que nadie parecía encontrar el problema y el coste de los tratamientos y pruebas que no conducían a ningún sitio era ya inasumible.

Y entones pensé en cuando me ofrecieron los seguros veterinarios para mascotas, una alternativa por la que optaría si volviera a tener otro animal. La historia con nuestra gata no terminó bien, como era de esperar, pero prefiero recordar los buenos momentos que pasamos juntos, que fueron muchos.