Cocinar en tiempos modernos 

Que sí, que a todos nos gustaría tener tiempo para hacernos cada día un cocido o un plato muy elaborado pero el tiempo siempre corre en nuestra contra y parece que vamos constantemente con prisas. Por eso, los alimentos congelados se han convertido en una constante en las neveras de medio mundo. Y la mía no es una excepción. 

De hecho, la proliferación de todos esos frigoríficos de tipo americano que amplían muchísimo el espacio del congelador se debe a que cada vez almacenamos más comida congelada precisamente porque cada vez vamos menos a comprar. Recuerdo cuando mi madre iba a comprar a diario al supermercado. Ella me recogía del colegio a las 12 (‘antiguamente’ los niños salían a esa hora y comían en casa) y yo la acompañaba al súper donde hacía la compra del día: un par de bolsas incluyendo muchos productos frescos. El departamento de congelados del súper era mucho más pequeño antes: ahora ocupa una buena parte del súper.

Pero en el siglo XXI tener pan congelado o unos San Jacobos congelados en el frigo en lo más normal del mundo. Y cómo será que en casa cada vez se nos hace más pequeña la zona del congelador mientras que rara vez ocupamos todo el espacio de la zona refrigerada. Podría poner de ejemplo elocuente el tema del pan. Desde que empecé a congelarlo ya no voy a comprarlo cada día como había que hacer antes, sobre todo si no te gusta el pan duro.

Los supermercados se han dado cuenta y venden cada vez más piezas de pan pequeñas envasadas precisamente para congelar. Antes no existían en la panadería de los súper esta clase de bolsas. Te daban pan en barra como en las panaderías normales. Pero ahora saben que muchos compran varias bolsas y se olvidan del pan en un mes. Y así siempre tienes pan: solo tienes que sacar una pieza, meterla en el horno y en unos minutos tienes pan caliente y delicioso. Yo no noto la diferencia con el pan del día. Y con eso y unos San Jacobos congelados ya tengo comida en un día que vaya apurado de tiempo.