En la carretera 

Desde que tengo uso de razón siempre he sentido fascinación por el mundo del motor. Mi padre fue transportista, pero también piloto aficionado llegando a participar en el Dakar en varias ocasiones pilotando un camión de asistencia. Recuerdo preguntarle porque nunca llegó a participar como competidor. Y siempre me respondía que hubiera sido su gran sueño, pero que para ello tenía que tener patrocinadores y dinero suficiente para organizar un equipo. Y con el trabajo no tenía tiempo suficiente para dar el salto a profesional.

Pero él se sentía muy orgulloso tanto de su trabajo como de su labor como asistente en carreras porque le permitía estar siempre al lado de un motor rugiendo. Sin duda, yo he heredado la afición de mi padre y también su trabajo. Pero, de momento, me contento con ‘pilotar’ mi camión mientras trabajo. Lo de la competición me gusta, pero como aficionado. 

Lo cierto es que disfruto mucho con el trabajo. Soy muy joven todavía pero ya tengo experiencia como transportista de diversas mercancías. Desde hace dos años trabajo en el sector de alimentación, siendo desde Proveedor de aves congeladas hasta carne o pescado. Es un trabajo delicado porque nuestra mercancía debe cumplir escrupulosamente con diversas normas sanitarias. Pero, además, los clientes exigen que la mercancía esté en tiempo y forma en el lugar acordado. De nosotros dependen muchos empresarios hosteleros, y por eso debemos asumir nuestra responsabilidad.

En los últimos tiempos, por ejemplo, nuestro gremio se ha visto en las noticias por circunstancias complejas. Hay que tener en cuenta que nosotros también hemos vivido una época complicada, y que la subida de precios de los carburantes afecta y mucho a nuestro gremio. Pero parece que todo se ha arreglado. 

Al final, la mayoría de nosotros, como en cualquier otro sector, lo que quiere es trabajar en las mejores condiciones posibles. Estamos pendiente de nuestra carga, sea como Proveedor de aves congeladas o lo que nos toque, llegar a tiempo y que la mercancía esté en perfecto estado. Porque para muchos de nosotros, la carretera es nuestro modo de vida, y nos gusta lo que hacemos.