¿Qué nos asegura un certificado ecológico europeo?

Los Productos lácteos con certificado ecológico europeo necesitan cumplir con una serie de requisitos muy exigentes para poder acceder al mismo, por tanto, estamos ante una gran garantía de calidad del producto.

Para empezar, tienen que cumplir con estrictos códigos de bienestar animal, asegurándose de que los animales de los cuales procede la leche de sus lácteos estén en las mejores condiciones. Esto no solo quiere decir que estén limpios y bien alimentados, sino que se incide en otros factores como qué es exactamente lo que comen, debe de ser pasto natural propio de la zona y que no ha sido tratado con pesticidas químicos, cómo viven y con qué espacio cuentan.

También se le da mucha importancia a que los animales no sean tratados para dar más leche, lo que hace que la calidad de esta disminuya y el animal sufra, ya que se ve obligado a sufrir un proceso que no es natural. Se controlan, del mismo modo, el número de terneros que puede tener una vaca y el tiempo que tiene que transcurrir entre dos inseminaciones.

Otro aspecto importante es que el etiquetado de los productos sea absolutamente transparente. El consumidor tiene derecho a saber qué está comprando exactamente. Por tanto, si compra un yogur puede conocer si este solo tiene leche y suero lácteo o si también se la han añadido otros productos como gelatinas, leche en polvo o colorantes artificiales. De esta manera, podrá elegir aquellos artículos más naturales de una manera muy sencilla y sin tener que buscar la letra pequeña o interpretar qué están diciendo exactamente los etiquetados.

No es suficiente con que el productor diga que su leche cumple con todos estos parámetros, sino que un organismo autorizado por la Unión Europea tiene que acudir a las instalaciones para controlar todo el proceso de producción de la leche, incluido el trato a los animales, para otorgar el certificado en el caso de que realmente se esté a la altura en todos los requisitos exigidos.

Este certificado permite además que los productos puedan ser vendidos como ecológicos en toda la unión europea, lo que les abre la puerta a un mercado cada vez más importante pero que también es uno de los más exigentes, el de los productos ecológicos de verdad, es decir, con certificaciones que garantizan que realmente se cumple con las normas europeas en este terreno.